lunes, 30 de julio de 2007

Mitad perro; mitad lobo

perrolobo va como a la mitad. He tenido la idea de escribir el nombre en minúsculas, como lo hacía el poeta e.e. cummings, por razones que ignoro. En mi caso lo he hecho con el afán de hacer mucho más humilde al personaje, que quede desprovisto de todo pathos, como los grandes personajes de novela: éstos son grandes porque su muerte carece por completo de la dignidad de los héroes de la tragedia, que en un destino horrible pueden encontrar su honor a salvo. En cambio don Quijote es tan prosaico. Tal vez una cuestión tipográfica (es sólo un intento) me ayude a proveer al personaje de ese bajo perfil. Quiero alejarlo del mito y acercarlo al mundo de la prosa.
Hay mas cosas que contar, pero ahora tengo que irme.

jueves, 12 de julio de 2007

Y eeeen eeeestaaaa eeeeesquiiiiiiiiiiiiiinaaaaaaaaa

Ya me tocó el segundo round. Otras 20 páginas.
(Y otras garrafas de limonada, cafés, y sandwichitos futboleros y meseras encorajinadas).

Y ahí en la sesión se reflejaron las dos apuestas literarias del grupo. Abreviémoslo así:

Vargas Llosa vs Kundera.
La literatura centrada en la acción vs la literatura que reflexiona.
La voz narradora que introspecciona a fondo en los personajes vs la voz narradora que registra acciones externas como reflejo de las internas.

Javo y Joso quieren ya acción en las 40 primeras páginas de una novela de 200 y ya quieren ver claramente el conflicto central.

A Manuel y Alfonso no necesariamente les urge. Ya ven una serie de conflictos a crecer y desarrollarse más.

Lo que unánimemente me indican debo cuidar es ese esquema que tiene Gabriel para ver la realidad: siempre como una puesta de escena que él dispone y dirige. No siempre ha quedado muy clara su ironía, su manipulación.

Es la importancia del taller. Probar en caliente lo que funciona, lo que no, lo que debe reforzarse. Probarse uno. Probar a los personajes. Unos aman a Gabriel, otros respetan a Pedro, unos sientes simpatía por el tartamudo, otros lo aborrecen. Y Agnes siembra misterio entre ellos.

Mis personajes están vivos, moviéndose. Y la historia caminando sobre la cuerda floja entre la acción y la reflexión. ¿No es divertido? Tanto como reunirme con tan queridos amigos para hablar de literatura y reírnos de nosotros mismos.
Ah, aquí estuvo Marián.